Un consumidor que cada vez es más consciente de la influencia de la alimentación en su salud motiva la búsqueda de productos que sean más naturales y menos procesados.
Esto está generando profundos cambios en los hábitos de comprar y también en el procesado de alimentos. Para conquistar a este consumidor, las empresas deben vislumbrar las oportunidades que las nuevas tendencias ofrecen.
¿Qué entiende el consumidor por "natural" en los alimentos?
En todo el mundo se somete a los productos alimenticios a un férreo escrutinio para encontrar aquellos con fórmulas cada vez más naturales, que contengan ingredientes claramente reconocibles y estén sometidos al menor procesado posible. Así lo afirma el “Informe Global sobre Tendencias en Alimentos y Bebidas para 2016” de la consultora Mintel.
Apoyando esta idea, Innova Market Insights asegura que los productos que reivindican el calificativo “orgánico” o “ecológico” han aumentado más de tres puntos porcentuales entre 2013 y 2015, y lo previsible, según todos los informes, es que esto siga marcando tendencia en 2016. Por todo ello, el concepto “etiqueta limpia” alcanza un nuevo nivel.
En el informe de Mintel, la consultora afirma que tanto los consumidores como los órganos reguladores a nivel mundial están enfocados en lograr productos donde quede patente la historia de sus ingredientes y formulaciones. Así, los claims utilizados deben quedar totalmente verificados a través del conocimiento de la procedencia del producto y si han sido elaborados de manera sostenible.
En Europa, la preocupación al respecto es patente. Según el informe “EUROPE 16 Consumer Trends 2016”, los europeos se muestran preocupados por la seguridad de los alimentos, la utilización de plaguicidas y la pobre opinión que merecen los alimentos modificados genéticamente. De ahí que la preferencia por los productos locales y orgánicos esté tomando la delantera. Los europeos prefieren productos alimenticios y bebidas que demuestren que están hechos de una forma más artesanal (es lo preferido por el 26% de los italianos, seguido por el 17% de los franceses, el 16% de los encuestados en Alemania, el 15% en España y el 13% en Polonia).
Como consecuencia de esta tendencia, algunas prácticas de procesamiento de alimentos tradicionales se postulan como una alternativa más adecuada a los procesados actuales industriales. Esto es debido a que procesos como la fermentación se vinculan a la imagen natural y auténtica. También lleva a la apuesta por tratamientos térmicos y procesos de conservación más saludables.
Dietas "flexitarianas", nuevas proteínas vegetales y superalimentos
El interés en lo natural y en la "vuelta a lo básico" ha hecho surgir con fuerza un gusto por las dietas “flexitarianas” o vegetarianos a tiempo parcial. Los consumidores que se han adscrito a este tipo de dietas han reducido su consumo de carne, debido a preocupaciones sobre el bienestar, la salud, la sostenibilidad e incluso el bien de los animales. Esta tendencia está teniendo un importante impacto en la innovación aplicada al desarrollo de nuevos productos en alimentación:
• Preferencia por las verduras, que no por su sabor. Lo que está solucionándose a través de productos vegetales ocultos en aquéllos dirigidos a los niños y en el aumento del consumo de batidos vegetales y la fusión de vegetales con pasta, para satisfacer los paladares adultos.
• Identificación de nuevas fuentes de proteínas, como las algas, las proteínas de guisante o las de soja entre otras. Estas fuentes de proteínas, que en un principio aparecieron como fuentes alternativas, poco a poco irán alcanzando la aceptación de producto cotidiano.
• Cereales y “superalimentos”. Según el informe de Mintel, el desarrollo de una creencia cada vez más fuerte sobre que los procesos antiguos son más saludables que los actuales, conlleva un creciente interés por los ingredientes históricos (por ejemplo, la chía). Esta tendencia también está alineada con la ultra-personalización de las dietas, donde los alimentos se adaptan al individuo en conexión con la genética del mismo.
“Lo que importa es el interior” la búsqueda de alimentos más saludables
Esta frase justifica tanto la búsqueda de alimentos más naturales por parte del consumidor, como de alimentos que potencien la salud. El consumidor, que cada vez es más consciente de la influencia de la alimentación en su estado físico, muestra una clara preferencia por los productos alimentarios mejorados y funcionales (desde productos ricos en colágeno, hasta los probióticos).
Pero también, en aquellos alimentos “libres de”. Aunque muchos consumidores no necesitan que los alimentos sean libres de gluten o lactosa, lo exigen de todas formas, creyéndolos más saludables. Reducir los niveles de azúcar, sal y grasa también es importante si tenemos en cuenta la opinión del consumidor. Aunque la toma de conciencia sobre la existencia de grasas buenas y malas ha aportado una excusa o coartada para los productos que se consumen por placer y no por razones relacionadas con la salud, es la llamada “calidad sana”.
Por otro lado, en la búsqueda por mejorar la salud, los consumidores se mantienen cada vez más activos y vinculados al deporte. Esto crea una necesidad paralela de alimentos que cubren unas necesidades concretas. Además, los beneficios de la alimentación deportiva, como el aporte extra de energía y proteínas, están siendo extrapolados a otros grupos de población, conducidos por la idea “vida saludable para todos”.
Fuente: AINIA vía Alfa Editores Técnicos